Después del amor

Después del amor

“Después del amor” (L’Economie du couple). Joachim Lafosse, 2016

El proceso de separación de una pareja con hijos puede entregar una realización plena de sentimentalismo y drama facilista o, todo lo contrario, un planteamiento realista y sin juicios moralistas como el de esta película. Resulta llamativo apreciar una nueva tendencia de algún sector del cine europeo, interesado en retratar situaciones y momentos en la vida de los seres comunes y corrientes, sin calificativos ni juicios, con la intención de representar con un marcado realismo lo que ya para la televisión dejó de tener interés y por tanto, permite que el cine se acerque con una mirada directa a enfocar estas situaciones de lo aparentemente cotidiano, donde se escenifica a una inmensa mayoría y si para ello, como en esta ocasión, se acude a escribir el relato con una mujer y un hombre, expresando cada cual su visión de género, tan de por sí diferente en todo y para todo.

Historia escrita por personas que se nota que han vivido esta experiencia y así lo plasmado en la narración tiene la visión del uno y del otro, esto le otorga ese matiz tan verídico, sin caer en el documental y tampoco en el melodrama. Un balance que no siempre es fácil de mantener y que aquí los guionistas lo consiguen de manera brillante. La película se acerca a la temática de cuando en una relación de pareja el hombre es mal proveedor de lo económico, enfrentando el patrón sociocultural de mayor tabú, puesto que eso es lo único que no le está permitido, todo lo demás es aceptable pero que no sea sustento material es inadmisible; la sanción y rechazo es igual por parte de mujeres y hombres, incluso aún más por parte de estos últimos para con un marido así.

La narración presentada se convierte en muy buena radiografía en la que a veces se llega a un hiperrealismo que deja al espectador sin aliento, participando de la puesta en escena y representación de lo humano en sus diversos aspectos, de las diversas formas en que se manifiestan las frustraciones y los sueños rotos en una mujer y en un hombre que conformaron una relación y una familia. Situación compleja, tortuosa y difícil, donde no hay ni buenos ni malos y esa ausencia de juicios moralistas es otro de los méritos de la historia que se escenifica. Sin caer en el facilismo del melodrama, gancho mercantil con el que mucho director-guionista suele remediar su falta de creatividad. Aquí en cambio se está apelando a la experiencia vivida de la realidad por parte del espectador, en el que es involucrado desde lo emocional y desde su condición de género, en el que es elemento estructurante del relato.

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