“Dos mujeres y una vaca”. Efraín Bahamón, 2015
Alguna vez director de la Cinemateca, profesor de guión en el posgrado de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional, Efraín Bahamón, realiza su ópera prima. Así que el profesor pasa de la teoría a la práctica con su propio trabajo y como era de esperarse, entrega toda una cátedra sobre cinematografía y criterios fílmicos, sobre movimiento de cámara, diversos planos y creación de espacio cinematográfico, además de enseñar cómo se construye un guión bien compacto, sencillo y profundo, con un relato que le permite describir la trágica situación del campo colombiano, su violencia y los que la sufren, a través de una historia con personajes tan humanos como concretos, sin estereotipos ni clichés.
“Dos mujeres y una vaca” presenta, con mucho criterio cinematográfico, el país rural a través de un sencillo relato que muestra lo que en verdad sucede en el agro colombiano, con su gente trabajadora y cada vez más pobre, con la violencia desatada por muchos grupos armados, no sólo de los que ahora firman una paz, sino de los que continúan, poderosos grupos armados que controlan inmensas zonas del país. Una película que se estrena justo cuando culminan una serie de sucesos sangrientos durante más de medio siglo protagonizados por un grupo, y que a su vez abre paso, nadie sabe por cuántos años más, a una violencia más cruenta con los nuevos y bien organizados grupos armados que gobiernan y asolan diversas regiones colombianas.
Un relato tan sencillo como profundo, que recae principalmente sobre las dos mujeres protagonistas. Una carta que ninguna de estas dos mujeres puede leer por su condición de analfabetas, se convierte en el leitmotiv de toda una narración bien estructurada, que muestra una situación sociopolítica conflictiva y trágica a través de estas dos campesinas, personas con sus anhelos, deseos y frustraciones, en una historia plasmada por medio de una composición fílmica muy bien trabajada y cuidada, de la imagen fílmica que es la esencia del cine y que el profesor Bahamón lo sabe muy bien. Este motivo de la carta, se convierte además en una especie de guiño picaresco que realiza el director y que se puede apreciar y disfrutar al final de la proyección.